Peregrinamos en adviento

Adviento es tiempo de preparación y  de alegría y del nueve al 24 de diciembre lo aprovechamos para celebrar la navidad con las familias de la comunidad.  Cada día estuvimos en algún rincón de la ciudad cantando, aprendiendo, riendo, comiendo…


dia1Día uno
Comenzamos nuestro peregrinar en nuestra iglesia meditando con las palabras de la primera estrofa un antiguo himno: «De las estrellas, Creador»

De las estrellas, Creador
De todo el mundo,Redentor
De tu pueblo, eterna luz,
Atiendes nuestra voz, Jesús

 


dia2Día dos
Viajamos a Itagüi, pensando en lo importante que es dejarnos iluminar por el amor de Dios que transforma nuestro caminar.

 

 

 

dia2 itagui

 

Angustia lleva al mundo estar
perdiendo el rumbo, fracasar
viniste, Cristo a liberar
a lo tuyo rescatar.

 

 

 

 


dia3Día tres y cuatro
Estuvimos en Belén. La luz de Cristo disipa la oscuridad y nuestros miedos.

 

 

 

 

 

dia4Al mundo en plena oscuridad
tu vienes sin mucho brillar
un frágil niño, no un rey
de María, humilde ser.

 

 

 

 


Día cinco
Estuvimos en Robledo, acompañando a niños, niñas y adolescentes del centro de diagnóstico del programa de atención de la Alcaldía de Medellín.


dia7 BelencitoDía seis
Nos fuimos para Belencito. Cristo, el retoño del tronco de Isaí nos hace reverdecer a todos.

Del tronco brotó una rama
Y de la rama la flor
de la flor nació Maria
De Maria el Salvador

 

 


dia7 ItagüiDía siete
Volvimos a Itagüi dejándonos sorprender del amor de Dios. Esta noche vamos para San Javier, soñando juntos en sueño de Dios

 

 

 

 


dia8 San JavierDía ocho
Estuvimos en el occidente, San Javier comuna 13. La alegría de los niños nos inspiró: cantamos, reímos, soñamos, compartimos. Porque lo más importante de la navidad es que Cristo nace en nuestra vidas.

 

 

 


noche de NavidadDía 9
Desde Emaús les deseamos una feliz navidad, a todas las personas que nos han acompañado este año. Que Cristo sea el centro de nuestras vidas y de nuestras celebraciones.

 

 

 


Celebrar la Navidad en estos tiempos es un gran desafío. Dejar de preocuparnos por dar, tener, estar, sentir y aprender a recibir el amor en un niño que desde antes de nacer sufrió en manos de los poderosos de este mundo, para que desde en medio de la miseria y el sufrimiento humano encontráramos al Dios hecho carne, asumiendo nuestra fragilidad. Ahora podemos comprender que no estamos más solos: Dios está entre nosotros.