Cuando mi hija y mi hijo estaban pequeños solían enfermar en las noches. A medida que oscurecía, a veces en casa y otras en salas de urgencias, la fiebre y el dolor se agudizaban . Con el amanecer llegaba el alivio y ellos, y yo también, podíamos descansar. Por muy oscura que sea la noche, tenemos la certeza de que el sol saldrá nuevamente al despuntar el alba.
Aunque la realidad sea oscura y tenebrosa, injusta o violenta, nuestro sol de Justicia, resplandece.
Oración: En medio de la oscura y violenta noche, sosténnos confiados en tu mano. Permite que la fuerza de tu victoria, resplandezca de gozo en nuestra vida. Amén.