Cuando acusaban a los primeros cristianos de trastornar el mundo entero, los acusadores del cristianismo estaban en lo cierto. Hay algo, muy central por cierto, en la acción de Dios que implica un revolcón en el estado de las cosas que llamamos mundo. Y es que es papel del cristianismo trasformar la sociedad y no preservarla y es que la más poderosa herramienta par hacerlo es el amor.
Pero el amor no es sólo un discurso, ni un sentimiento, es la acción de Dios en nuestras manos. Es la caricia y el abrazo de Dios en nuestros brazos.
Oración. Con tu amor, Jesús, cambiaste mi vida para darle sentido, haz que la obra tu amor en mi trasforme el mundo que me rodea. Amén