El mundo angustiado, llora las víctimas de la barbarie humana. Parece que no hay lugares seguros, la violencia perméa toda la sociedad y donde antes se creía había tranquilidad hoy reina la zozobra. Pareciera, en la lógica de este mundo, que la única paz segura es la de las tumbas.
Pero ese no es el plan de Dios, y por eso nos abraza para protegernos, enfrenta la muerte y al vencerla saliendo de la tumba nos hace resucitar con Él.
Oración: Cuando la muerte acecha y el miedo nos paraliza, tu amor, Oh Dios, nos abriga. Acoge bajo tus alas, como haz hecho con nosotros, a las víctimas de la violencia indiscriminada, cristianas y no cristianas, cercanas y distantes. Para dar seguridad, usa nuestros brazos en la fuerza de tu amor, usa nuestros hogares, para dar refugio. Amén