Los pasados 15, 16 y 17 de julio, realizamos en Medellín una versión más del programa ¨Misión en el Camino¨, una iniciativa de la Escuela Luterana de Teología que en esta ocasión tuvo el acompañamiento de los ministerios de Formación Cristiana, Mujeres, Jóvenes y Diaconía. Tuvimos el privilegio de recibir en nuestra comunidad cuatro mujeres que nos trajeron ánimo y mucho amor.Durante los tres días de trabajo tuvimos la oportunidad de compartir nuestra experiencia misionera así como recibir y aprender de la tarea de nuestras hermanas visitantes.
Agradecemos a Zulma, Diana, Sara y Deisy por su esfuerzo en acompañarnos, a las familias de la comunidad que les acogieron y todas las personas de una forma o de otra facilitaron los espacios para la realización de cada una de las actividades.
A seguir compartimos las impresiones Zulma Oeda y Diana Vásquez que nos dejaron su testimonio.
La vista a la comunidad EMAUS en Medellín, se enmarcó en la perspectiva de la misión integral de la iglesia y en el compromiso diaconal de quienes la conforman. El espacio fue planeado por la Escuela Luterana de Teología, Formación Cristiana y la comunidad.
El objetivo de realizar una visita de acompañamiento ministerial y diaconal a la comunidad EMAUS en Medellín, se logró mediante el trabajo conjunto con los miembros de la comunidad para el fortalecimiento del liderazgo en los grupos de mujeres, jóvenes, equipo de liturgia y los diferentes espacios de trabajo con los que cuenta la comunidad.
En el acompañamiento participamos los ministerios de Educación (Zulma Ojeda), Diaconía (Sara Lara), Mujeres (Deisy Bermúdez) y Jóvenes (Diana Vásquez) representando las regiones Centro, Llanos y Oriente, fue un espacio muy edificante para las personas que acompañamos, ya que a través de este tiempo conocimos otra dinámica de iglesia que se da de acuerdo a la identidad de sus miembros, personas con un pensamiento crítico, que construyen conocimiento en comunidad a partir de las experiencias de vida, comprometidos con la misión de Dios, han creado espacios de búsqueda de Dios y fortalecimiento de la fe acogiendo con mucho amor a nuevas personas y a las que nos acercamos con el propósito de aportar y apoyar.
En estos tres días logramos hacer un gran equipo con el pastor John Hernández y los hermanos que lideran los diferentes espacios en la comunidad (Enrique, Ivonne, Lina, María Eugenia, Tatiana, David, Daniel, Angélica, Catalina, Milton entre otros). Hicimos parte de los espacios: Café Lutero, En la Cocina con Catalina, Taller con jóvenes de la comuna 13, casas Emaús, El culto y un almuerzo comunitario. En todos estos espacios disfrutamos de la Palabra de Dios, la oración, la alegría paisa, la participación activa de las personas que hicieron parte y de la unidad como iglesia Luterana que somos.
Zulma Ojeda
Coordinadora Formación Cristiana IELCO
“Viajando a la de Dios con Dios”
Cuando Zulma me comentó de la posibilidad de ir a apoyar la misión de Medellín, yo le dije que por supuesto que sí, no solo por la oportunidad apoyar esta comunidad, sino también por conocer aquellos programas de los cuales había escuchado tanto. Cuando pasó el tiempo y por fin llego el día de viajar, el viaje estaba “embolatado” como diría mi mamá, el paro camionero nos tenía en ascuas, y a mi familia preocupada porque yo debía viajar sola desde Bucaramanga hasta Medellín; cuando le pregunté a Sara como iban por allá y las preocupaciones de mi familia ella dijo: “vamos a servirle a Dios” que más que eso para calmar toda preocupación, esa noche viajé en el bus de 10:30 para Medellín en expreso Bolivariano. Llegué el Viernes 15 de Julio a las 6 am, y mis compañeras de Bogotá nada de nada, ellas estarían llegando ese día a las 8… Cuando llegue a la casa del Pastor Jhon Hernández el recibimiento fue muy agradable y me sentí como en casa, después de un exquisito desayuno mi primer instinto fue dormir, así que cuando desperté ya mis compañeras de viaje se habían hasta bañado, lo que significaba que ya había repuesto mi sueño perdido con creces. El siguiente paso fue cuadrar las actividades de la noche, el famosísimo Café Lutero y decidir en donde dormiríamos, saque la lotería y mi lugar de pernoctar seria la casa del pastor, Yupii!, lo más curioso es que el tiempo pasó escalofriantemente rápido y ya estábamos de camino a recoger a Milton y almorzar en el parque de Belén (bastante irónico si me preguntan), esa tarde después de almuerzo yo estaba súper recargada para hacer manualidades, y mis compañeras tenían el peso del viaje en la espalda porque a diferencia mía , ellas no habían podido dormir, pero eso no impidió que hiciéramos todos los carteles para ayudar en la decoración del tan esperado Café Lutero. Cuando llego la hora ya estábamos todos listos para escuchar a Kike y su reflexión para ese día, debo decir que conocer a ese grupo de personas de todas las edades con una actitud tan crítica, abierta y a la vez tan concisa fue una experiencia 100% inolvidable, debo decir que por un momento sentí envidia de ese grupo que hablaba las cosas sin tapujos y con tanto respeto por cada una de sus opiniones, sin importar la profesión o la afinidad de pensamiento; como lo dije ese día espero poder replicar eso en mi comunidad. Con la llegada del nuevo día vino la preparación de más actividades que tenía programada la comunidad y nosotros debíamos apoyar, justo después de almorzar arrancamos para el sitio donde realizaríamos el taller con los jóvenes líderes de la comuna 13, lo malo de esto fue que empezó a llover torrencialmente, y no pudieron asistir todos, pero sin importar cuantos estábamos allí realizamos el taller y fue un gran espacio de escuchar argumentos y discutir el tema de los derechos humanos y resolución de conflictos sin dejar de lado nuestra visión luterana; fue otro gran espacio de aprendizaje y la oportunidad de conocer unos jóvenes excelentes. Cuando terminamos nuestro taller llegamos de nuevo a la iglesia y allí estaban las mujeres llevando acabo su reunión y nos recibieron con un delicioso jugo trifásico (no recuerdo los ingredientes) que estaba buenísimo, allí tuvimos la oportunidad de interactuar con toda la comunidad no solo mujeres sino en general, lo cual me llamo mucho la atención (como la comunidad apoya todas las actividades sin importar el tipo); este hermoso espacio terminó con un delicioso postre, y un recordatorio que entregó nuestra compañera Deisy de Villavicencio por parte del ministerio nacional de mujeres, no sin antes recordarles a estas bellas mujeres que el ministerio nacional las apoya en todo momento. En este día también hicimos otro acompañamiento, el “coffee break” o “tomemos un café” un estudio repartido en dos hogares de miembros de la comunidad (muchas gracias a Jessica y a su familia por hacernos sentir como en familia y abrirnos su hogar), la idea de esta actividad fue compartir con vecinos como en familia, mirando el mensaje de la palabra desde nuestras vivencias; debo decir que nunca había redescubierto el significado de un texto bíblico de esa manera, de nuevo fue más lo que aprendí que lo que pude brindar.
Finalmente llego el domingo y con el culto de despedida para nuestro viaje como misión en el camino, fue un gran servicio realizado por el pastor John con la invaluable ayuda de su esposa Ivonne; este empezó con la escuela dominical, el mensaje fue claro y conciso con la opinión de todos los asistentes se concretó el significado de la frase “venga a nosotros tu reino” (un clamor para que se manifieste en nosotros el reinado de Dios) muy acertado si me preguntan. Luego se dio paso al culto, y de ante mano pido disculpas por mi desempeño en el teclado, no estuve a la altura de los otros músicos, que lo hicieron genial! Y debo resaltar que no vi necesidad del teclado en ese conjunto de cuerdas y percusión \(°+°)/ que Dios los siga bendiciendo con esos grandes talentos, la decoración del salón hecha por Catalina nos hizo sentir la fiesta que debía ser el servicio. Posterior al culto el almuerzo con la comunidad fue una gran oportunidad para compartir vivencias y conocer más de todas estas grandiosas personas; es grato recordar que luego hicimos un poco de turismo por el Pueblito Paisa y el parque de los Pies Descalzos, que me hizo recordar lo pequeña que es Bucaramanga y por eso quiero tanto a mi Bucara…. jajajajajaja y por supuesto lo mucho que me gusta Medellín y su cultura. En fin fue una gran experiencia que jamás olvidaré, y espero haber cumplido con mis funciones como representante del ministerio de Jóvenes y el programa misión en el camino. A propósito espero volver para conocer al resto de los Jóvenes y trabajar con ellos si se da la oportunidad. Un agradecimiento a todos y cada uno de ustedes por su fraternal acogida y recuerden que estamos aquí para ayudarnos como hermanos en Cristo. Los espero en Bucaramanga ^^.
Diana Vásquez