Por Lina Velásquez
Hablando de paz por estos días en nuestro amado país, hemos tomado un poco de esa conciencia como cristianos y llamados a la reconciliación, desde nuestra comunidad hemos decidido apoyar y aprender sobre este tema, bajo nuestro proyecto de «Casa de Reconciliación y Educación para la Paz». Durante el proceso, realmente hemos descubierto que necesitamos conocer lo que nos hace humanos y partiendo de nuestros derechos que nos permiten vivirlo, la educación es un pilar que nos motiva a ser esos promotores de paz.
Durante los días 16 y 17 de septiembre del presente año, tuvimos la experiencia de aprender sobre el Derecho a la Educación, y la manera en que podemos ser gestores del cumplimiento del mismo para todos y cada uno de nosotros. En nuestra comunidad Misión Luterana Emaús, contamos con la participación de Sara Cristina Lara y Curtis Kline, quiénes lideran en el proyecto Justicia y Vida de la IELCO, desde la sección de Derechos Humanos, y de quiénes recibimos información tan importante como que la educación nos brinda «…Además de la importancia práctica, disponer de una mente instruida, inteligente y activa, con libertad y amplitud de pensamiento, es uno de los placeres y recompensas de la existencia humana.», que nos permite visionar todo lo que Dios ha provisto para cada uno de nosotros, y al reconocer su utilidad y efectividad en nuestras vidas, podremos también ser Educados para la Paz, para luego ser formadores de ella.
Necesitamos conocer y saber a qué tenemos derecho, pero también reconocerlo como derecho del otro y permitir trabajar en conjunto, por esto, ni la educación, ni la paz se deben tratar como privilegios de exclusión.