El pasado domingo 8 de septiembre, al terminar nuestro servicio dominical, tuvimos una grata sorpresa. Melin y Alejandra, dos de las jóvenes de nuestra comunidad prepararon dos pequeñas piezas escénicas que nos invitaron a reflexionar sobre la violencia que viven nuestros jóvenes, tanto en la vida cotidiana en sus casa, como en las calles de los barrios.
Este ejercicio nos anima para comprometernos más aun en el trabajo por nuestra juventud. Damos Gracias a Dios por los dones que reparte entre nosotros.