Transformaciones en tiempos «intermedios»

Por Curtis Kline

Reflexión para la comunidad el 27 de mayo de 2020

 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron:
«Señor, ¿vas a devolverle a Israel el reino en este tiempo
Y él les respondió:
«No les toca a ustedes saber el tiempo ni el momento,
que son del dominio del Padre.
Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder,
y serán mis testigos en Jerusalén,
en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»

Después de haber dicho esto, ellos lo vieron elevarse
y ser recibido por una nube, que lo ocultó de sus ojos.
Mientras miraban al cielo y veían cómo él se alejaba, dos varones vestidos de blanco se pusieron junto a ellos  y les dijeron:
«Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que ustedes han visto irse al cielo,
vendrá de la misma manera que lo vieron desaparecer.»

Hechos 1: 6-11

Curtis Kline

Esta semana nos enfocamos en la espera del don del poder de Cristo y también nos enfocamos en hundir nuestras raíces profundamente en la vida de Jesús. Esta semana vivimos entre la Ascensión y el Pentecostés.

Parece que Las Escrituras aman estos tiempos «intermedios», y a menudo en estos tiempos es cuando Dios hace algunas de las obras más transformadoras. Cuando Jesús dejó a sus discípulos por última vez después de la resurrección, les indicó que esperaran y les prometió que se convertirían en sus testigos después de haber recibido el poder.

Pero, como enseña el Evangelio de Mateo, el poder y la autoridad son de Cristo. Siempre es como resultado de nuestra conexión con Jesús que podemos compartir la vida y la gracia con los demás.

Antes de ascender a los cielos, Jesús resucitado instruyó a su pequeño grupo de seguidores a esperar en Jerusalén la venida de su Espíritu (Hechos 1: 4-5). Luego vemos la descripción de Lucas de la llegada del Espíritu Santo en el segundo capítulo de Hechos. ¡Lo que llamamos Pentecostés fue el nacimiento de una comunidad multicultural y multilingüe! Dejando detrás las discriminaciones y las exclusiones.

Como he considerado la importancia de este tiempo en la historia y este momento en nuestra realidad actual, me siento atraído a un lugar de reflexión, de resistencia y de esperanza.

Esta semana nos recuerda que esperar es una experiencia común que nos une como seres humanos a lo largo de los siglos y en todo el mundo, especialmente ahora en los tiempos de COVID. Como seguidores de Cristo, esperar en Dios es demasiado familiar. Somos un pueblo llamado a esperar. Pero no solamente a esperar, porque igualmente estamos llamados a participar activamente en el testimonio profético que proclama y demuestra el Reino de Dios, el otro mundo posible.

En estos días, mientras estoy practicando la distancia física como acto de solidaridad con mis hermanos y hermanas, usando una máscara para ingresar a una tienda o mercado, manteniendo una distancia al conversar con amigos y familiares, la espera de que se nos muestre en el texto se hace una realidad. Aunque no conocemos el futuro, no podemos decir qué sucederá a partir de aquí, es obvio que hay rupturas visibles en este mundo, existe una desigualdad innecesaria que hace que algunas comunidades sean más vulnerables a un virus que azota el mundo. Muchos se niegan a reconocer la ruptura. Pero existe. Y en medio de la terrible desesperación, nos ofrece la oportunidad de repensar nuestras relaciones con nuestro prójimo.

En este tiempo de espera podemos enfocarnos en hundir nuestras raíces en la vida de Jesús y en el mundo que dios quiere. Las cosas del mundo como esta que nos dividen, que nos separan, no están parte del mundo que dios quiere.

Pero, en medio de la crisis, y en este tiempo de espera tenemos oportunidades. En las semanas, los meses y los años que seguirán, nuevas relaciones, nuevas ideas, nuevas prácticas pueden emerger. Con nuestras raíces en la vida de Jesús podemos imaginar el mundo como Dios lo quiere, y juntos trabajar hacia su creación.

Autora india Arundhati Roy tiene una buena reflexión, dice ella:

Históricamente, las pandemias han obligado a los humanos a romper con el pasado e imaginar el mundo de nuevo. Esta vez no es diferente. Es un portal, una puerta de enlace, entre un mundo como esta y el siguiente mundo como puede ser. Podemos elegir atravesarlo, arrastrando detrás de nosotros los cadáveres de nuestros prejuicios y odios, nuestras avaricias, nuestros bancos de datos y malas ideas, nuestros ríos muertos y cielos humeantes. O podemos caminar a la ligera, con poco equipaje, listos para imaginar otro mundo. Y listos para vivirlo.

Como pueblo de Pentecostés, nuestra vocación es manifestar la realidad del reino mundial de Dios, ser un lugar donde se venza la enemistad entre los pueblos, las personas, y las comunidades y que las muchas lenguas de la humanidad se unen libremente en la adoración de su Creador. En medio de los proyectos bélicos a través de las edades, la Iglesia proclama por su existencia que el reino le pertenece a Dios, que no hay otro verdadero gobernante sobre todas las naciones.

Servimos a un Dios que nos llama a ser agentes de amor y de justicia, y a través de la venida de Su Espíritu nos llama a esperar con esperanza, a salir y declarar su bondad de tal manera que todos puedan ser incluidos. En estos días de espera, hundimos nuestras raíces en la vida de Jesús, recordando siempre que nuestra capacidad de amarnos unos a otros es integral a nuestra sobrevivencia, y la justicia es como se manifiesta el amor en acción.

Amen.

Primer encuentro ecuménico de mujeres

IMG-20170513-WA0007La conmemoración de los 500 años de la reforma debe darnos lugar para (re)pensar las estructuras y roles dentro de la iglesia. Pensando en esto las mujeres de la Misión Luterana Emaús convocamos amigas de diferentes iglesias  para preguntarse acerca del papel de las mujeres en sus comunidades. Las respuesta fue hermosa, mujeres pentecostales, católicas, menonitas, de iglesias libres y luteranas nos reunimos para compartir, desde nuestras propias experiencias de vida.

La relación de las estructuras de las iglesias con la vida de las mujeres ha sido compleja y diversa. En los testimonios de vida compartidos, se refleja esa complejidad, de la marginación y exclusión al reconocimiento, participación y liderazgo. Por eso ese espacio no se agota en si mismo sino que promete ser oportunidad para seguirnos pensando la iglesia juntas.

Agradecemos la participación de todas: las mujeres de la parroquia católica Jesús Nazareno, de la Casa Bíblica Laureles y de la Misión Luterana Emaús , quienes vinieron en representación formal de sus ministerios; a quienes vinieron por iniciativa propia enriqueciendo el evento con diferentes perspectivas: pentecostal unitaria, menonita, cuadrangular. También agradecemos a Belky Hernández quien vino especialmente desde Bucaramanga representando  a la Organización Nacional de Mujeres Luteranas. Belky motivó un espacio devocional comunitario que ha sido recogido maravillosamente por Andrea Ferraro, y publicado en su blog personal. Hemos querido reproducirlo aquí  completamente, agradeciendo su trabajo.

“La mujer, terreno fértil para la fe”

por Andrea Ferraro

El primer capítulo del Evangelio según San Lucas en sus versos 5 al 38 (versión RVR 1960) nos expone dos acontecimientos que presentan características similares, pero que a su vez nos ofrecen la posibilidad de ser analizados en forma paralela: el anuncio del nacimiento de Juan (más tarde denominado como Juan el Bautista) y el anuncio del nacimiento de Jesús. Las historias allí contenidas nos relatan la noticia del futuro nacimiento de dos varones de diferentes familias, con un condicionante particular: ambas mujeres difícilmente podrían concebir o procrear, ya fuera por condiciones físicas o por condiciones de carácter sociocultural.

LECTURA NARRADA DEL PASAJE

El anuncio del nacimiento de Juan

Según el texto (versos 5 al 25), en la familia de Zacarías y Elisabet, el evento de la anunciación de ese nacimiento, tendría lugar en el santuario de Señor, donde Zacarías ofrecería incienso. La oración (de la que no sabemos motivos o detalles), fue respondida a través de la aparición de un ángel quién le confirmó a Zacarías que su oración fue escuchada por el Señor y en consecuencia, Elisabet, su esposa tendría un hijo.

La reacción de Zacarías se hizo visible en la escena cuando preguntó: “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada” (v. 18). El ángel reprochó la incredulidad de Zacarías y le dejó mudo. Luego de esto, Zacarías cumplió con el tiempo de su ejercicio de sacerdocio,  y regresó a su casa. La historia, finalizó con el cumplimiento de las palabras del ángel cuando Elisabet quedó en embarazo.

El anuncio del nacimiento de Jesús

En los versos del 26 al 28 del mismo capítulo, la anunciación del nacimiento de Jesús tuvo lugar en Nazaret, una ciudad de Galilea. Allí, María “una virgen desposada con un varón que se llamaba José” (v. 27) tuvo también la aparición de un ángel con quien sostuvo una conversación. En ella, la mujer se enteró de que traería un hijo al mundo que tendría un nombre predestinado y una misión que cumplir. Al exponer su inquietud a través de la pregunta: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (v. 34), el ángel le ofreció la solución diciéndole que el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo le cubriría con su sombra (Paráfrasis del verso 35) y de esta forma nacería su hijo.

NUESTRA MIRADA DEL MILAGRO

La lectura de este pasaje nos abrió toda suerte de posibilidades para repensar ambos acontecimientos a la luz de la teología feminista a partir de hermenéuticas que se construyen en tanto pensamos el contexto propio de la época, y el contexto del cual somos protagonistas. Aquí exponemos asuntos importantes de nuestra conversación:

En ambas anunciaciones notamos el temor de los receptores inmediatos de la noticia, pero con reacciones secundarias distintas. Nos inquietan los efectos producidos en la escena, a partir de los roles de cada uno, es decir, el rol de sacerdocio (concerniente a la autoridad) y el rol de mujer desposada (relacionado con  sometimiento).

En el caso del sacerdote, un hombre quién conocía de cerca las dinámicas del sacerdocio y teniendo presente que había presentado una oración previamente, la respuesta del ángel le produjo incredulidad. Sus razones, partían de las condiciones de su cuerpo y del de su esposa para concebir un hijo. En consecuencia, no pudo formular palabra hasta que el nacimiento ocurriera.

En contraste, María, una mujer desposada de un varón (esto es, comprometida pero no casada) la noticia tendría con probabilidad efectos negativos en su vida. Para ella, sería complejo estar en embarazo sin tener una condición social de relacionamiento que lo permitiera, pues podría poner en riesgo su vida.1

Sin olvidar que en ambos relatos existen otros personajes que acompañaron estos escenarios, nos quisimos centrar en las condiciones de gestación de Elisabet y María, donde encontramos precisamente el milagro.

Las actitudes de ambas mujeres estaban enmarcadas en situaciones de confrontación. En el contexto en el que se encontraban, ser un sujeto gestante no podía ser vivido a partir de una condición meramente individual. El proceso de gestación generaba revuelos sociales que convertían al sujeto en protagonista de toda suerte de juicios que contenían probabilidades y/o  afirmaciones. Por esta razón, nos permitimos entender que en ellas el Espíritu Santo ofreció un entendimiento que las empoderó. En Elisabet, si bien, ella estuvo escondida durante cinco meses, sus palabras inmediatas al concebir un hijo, manifestaron un nivel de empoderamiento a partir del pronunciamiento de palabras de alabanza en la obra del Señor a través de sus hechos, dando a entender que había llegado el fin de los insultos que constantemente causaban deshonor a la imagen familiar por el hecho de no haber engendrado un hijo varón a lo largo de su vida en pareja (Ver verso 25). Elisabet se haría visible en  su entorno de una manera distinta: había ganado la batalla del desprecio social.

Para María, el empoderamiento se generó a través de la actitud valiente con la que asumió la responsabilidad de ser madre joven teniendo en cuenta tres aspectos importantes: en primer lugar, su gestación se haría realidad gracias una intención divina, es decir, no estaba bajo su control esa decisión; en segundo lugar, la mujer no tenía seguridad del amparo que provendría de José en semejantes circunstancias, y por último, ella se enfrentaría a una muerte física y social en su entorno, al hacerse uso de la ley establecida en su tiempo en este caso. María confirma su actitud mediante las palabras: “(…) he aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (v. 38b).

 ANOTACIONES INQUIETAS

No podríamos terminar la devocional sin ofrecernos en la conversación un espacio para preguntarnos asuntos relevantes frente a las reflexiones presentadas.

Varias de estas preguntas se centraron en cuestionar el papel de la iglesia frente a su membresía femenina, en tanto ciertas particularidades en las formas de gestación generarían rechazo, prejuicio o exclusión. Estas particularidades incluyen entre tantas, el embarazo sin estar casadas, el embarazo por violación, y el embarazo por accidente (en específico, cuando el método de planificación no tuvo buen funcionamiento, y la mujer de edad avanzada queda en embarazo y presenta posibles riesgos físicos para ella y su bebé).

Otras de las cuestiones se generaron a partir de cómo se ha construido (y si realmente se ha hecho) el discurso teológico-bíblico frente a la necesidad de empoderamiento de estas mujeres en su etapa de gestación con las particularidades que presentamos anteriormente.

Finalmente, pensamos que es sumamente importante que esta reflexión llegue a ojos y oídos de quienes ejercen la función de liderazgo desde el pastorado (incluyendo a hombres y mujeres) y a los que ejercen la consejería, en tanto su búsqueda sea objetivar la construcción de mujeres empoderadas en un momento único y específico de sus vidas, como lo es la gestación.

1La versión Reina Valera habla de desposada y de “José su marido” en Mateo 1:18. Pero la versión Dios Habla Hoy habla de “comprometida” y de “José su novio.”  Dado que el verso 25 dice que José no la conoció hasta que hubo dado a luz, y antes de saber que estaba encinta María le dice al ángel que ella no conocía varón, deducimos que aún no convivían. Ocurre que el compromiso tenía el mismo peso legal que el matrimonio en aquella sociedad, al grado de que María podía ser condenada a muerte por infidelidad.

Gracias al profesor Julio Álvarez Rivera por su comentario al respecto.

Café Lutero: un café para pensar

Cafe Lutero KassmannEn las instalaciones de la Misión Emaús estamos estrenando un nuevo espacio para compartir las buenas nuevas del evangelio, se trata del Café Lutero, un espacio de comunión y aprendizaje mutuo que inició el pasado viernes 10 de marzo abriendo sus puertas cada 15 días. Un espacio para degustar  un buen café, mientras nos damos la oportunidad de pensar acompañados y libremente.

La iniciativa se enmarca en la preparación de los 500 años de la reforma protestante y busca animarnos a asumir la consecuencia de confesarnos herederos de esa reforma: pensar nuestra fe y sentirnos libres de examinarla en conciencia. Durante el primer encuentro hablamos de libertad de pensamiento, de expresión y de acción, de leyes, parámetros éticos y de moral. Una amalgama de aproximaciones desde el teatro, el psicoanálisis, la filosofía, la antropología, la sociología y la teología, contribuciones de los asistentes, enriquecieron la noche.

Compartimos algunas de los momentos del encuentro inaugural

Café Lutero es una iniciativa de la Misión Emaús y del Colectivo Selah.

Peregrinamos en adviento

Adviento es tiempo de preparación y  de alegría y del nueve al 24 de diciembre lo aprovechamos para celebrar la navidad con las familias de la comunidad.  Cada día estuvimos en algún rincón de la ciudad cantando, aprendiendo, riendo, comiendo…


dia1Día uno
Comenzamos nuestro peregrinar en nuestra iglesia meditando con las palabras de la primera estrofa un antiguo himno: «De las estrellas, Creador»

De las estrellas, Creador
De todo el mundo,Redentor
De tu pueblo, eterna luz,
Atiendes nuestra voz, Jesús

 


dia2Día dos
Viajamos a Itagüi, pensando en lo importante que es dejarnos iluminar por el amor de Dios que transforma nuestro caminar.

 

 

 

dia2 itagui

 

Angustia lleva al mundo estar
perdiendo el rumbo, fracasar
viniste, Cristo a liberar
a lo tuyo rescatar.

 

 

 

 


dia3Día tres y cuatro
Estuvimos en Belén. La luz de Cristo disipa la oscuridad y nuestros miedos.

 

 

 

 

 

dia4Al mundo en plena oscuridad
tu vienes sin mucho brillar
un frágil niño, no un rey
de María, humilde ser.

 

 

 

 


Día cinco
Estuvimos en Robledo, acompañando a niños, niñas y adolescentes del centro de diagnóstico del programa de atención de la Alcaldía de Medellín.


dia7 BelencitoDía seis
Nos fuimos para Belencito. Cristo, el retoño del tronco de Isaí nos hace reverdecer a todos.

Del tronco brotó una rama
Y de la rama la flor
de la flor nació Maria
De Maria el Salvador

 

 


dia7 ItagüiDía siete
Volvimos a Itagüi dejándonos sorprender del amor de Dios. Esta noche vamos para San Javier, soñando juntos en sueño de Dios

 

 

 

 


dia8 San JavierDía ocho
Estuvimos en el occidente, San Javier comuna 13. La alegría de los niños nos inspiró: cantamos, reímos, soñamos, compartimos. Porque lo más importante de la navidad es que Cristo nace en nuestra vidas.

 

 

 


noche de NavidadDía 9
Desde Emaús les deseamos una feliz navidad, a todas las personas que nos han acompañado este año. Que Cristo sea el centro de nuestras vidas y de nuestras celebraciones.

 

 

 


Celebrar la Navidad en estos tiempos es un gran desafío. Dejar de preocuparnos por dar, tener, estar, sentir y aprender a recibir el amor en un niño que desde antes de nacer sufrió en manos de los poderosos de este mundo, para que desde en medio de la miseria y el sufrimiento humano encontráramos al Dios hecho carne, asumiendo nuestra fragilidad. Ahora podemos comprender que no estamos más solos: Dios está entre nosotros.

Afirmando nuestra fe

Luego de haber estudiado los temas confesionales centrales de nuestra fe, fueron recibidos como miembros de la comunidad por medio de la Confirmación Pública nuestras hermanas Ana Sofía González , Maria Eugenia Carvajal Franco y Tatiana Velázquez   y nuestro hermano Enique Ruiz Carvajal.

Es una enorme alegría ser testigos de este paso tan importante que han dado al decidir caminar su experiencia de fe en Cristo con nosotros . Por esta razón damos gracias a Dios y le pedimos que el Espíritu Santo ilumine sus vidas, para que compartiendo sus dones entre nosotros sean participes de la tarea común que tenemos de compartir el evangelio del Señor Jesús y ser luz para quienes nos rodean.

Coraje para cambiar el mundo

06.03.15146 mujeres trabajadoras murieron el 25 de marzo de 1911 en una fábrica en Nueva York encerradas por sus propios jefes para evitar pérdidas.Mujeres trabajadoras, luchando por la vida propia y de sus familias que no fueron salvadas de las llamas. Para recordar la lucha de muchas mujeres por igualdad de condiciones conmemoramos el Día internacional de la Mujer.
Tener coraje, confiar y trabajar por un futuro mejor: eso es la fe. Siempre encontraremos mujeres con fe suficiente para para soñar con un mundo diferente, donde todas las personas seamos valoradas y respetadas por igual. A todas Jesús les reconoce su coraje, las alienta, las sana y les anuncia: «Por tu fe has sido sanada».
Oración: Nos creaste a mujeres y hombres con la misma capacidad de creer y confiar en ti, sánanos, restáuranos y danos coraje para soñar y trabajar por un mundo igualitario, conforme a tu voluntad.  Amén.

¿Quienes somos?

18.02.15 (Miercoles de Ceniza)El mártir, pastor y poeta Dietrich Bonhoeffer en una celda se preguntaba ¿Quien soy yo? Recogía, tal vez, la más inquietante pregunta que los seres humanos podemos hacernos.
Respuestas han habido muchas. Hay quienes dicen que somos lo que comemos. También quienes buscan la respuesta al interrogarnos ¿Dime con quién andas y te diré quien eres? Algunos buscan la respuesta en la esencia, otros en las apariencias ¿Somos lo que hacemos? ¿Somos lo que sentimos?
No se cuál sea la mejor respuesta, en últimas creo que jamás tendré una respuesta que me satisfaga por completo. Pero hay algo que sí me alienta saber: los seres humanos somos objeto de la preocupación de Dios, somos objeto de su amor. Lo que tiene que ver con las personas le concierne, estamos en su memoria y nuestra existencia es asunto suyo.
Probablemente no somos siempre lo que quisiéramos, a veces ni siquiera sabemos quienes somos, ni que queremos. No importa, aun así Dios nos ama, se humaniza en el amor y asume también nuestras incoherencias, hace suyos nuestros asuntos y nuestra su propia vida.

Oración: Sea quien sea, tú me conoces, ¡Oh Dios! SOY TUYO. Amén (Dietrich Bonhoeffer)

Una Iglesia Preservadora de la Creación

Iglesia Preservadora de la Creación: Los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, están llamados a ser Mayordomos responsables en el sostenimiento y el desarrollo de lo que Dios ha creado. El compromiso de la Iglesia es velar por la defensa, cuidado, conservación y restauración de la creación de Dios en pro de la Justicia, la Paz y el bienestar de la humanidad. «Toda la creación gime y a una sufre dolores de parto hasta ahora esperando la restauración de la salvación» (Romanos 8:22).
Plan Misional Iglesia Evangélica Luterana de Colombia – Estrategia 5

El pasado domingo 8 de febrero se realizó una nueva versión de la Marcha contra el maltrato a los Animales  en la ciudad de Medellín. En esta ocasión varios miembros de la Misión Luterana Emaús estuvimos presentes, manifestando nuestra convicción de que el amor de Dios y su gracia nos comprometen al cuidado y uso responsable de toda la creación. Manifestamos nuestra indignación con el trato cruel a los animales, especialmente en el marco de las corridas de toros.

Los cientos de participantes a la marcha con la consigna «¡Somos la voz de los que no tienen voz! ¡Somos la voz de los animales!» actualizamos lo que nos pide Dios en Proverbios 31:8:  «Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos!» (DHH)