
—Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.
¿Que tan fuerte es nuestra fe en estos días?
El mundo es cada vez más complejo. Desigualdad, discriminación y opresión; guerras en nombre de la libertad y la justicia, violencia cotidiana. Frente a este panorama en ocasiones empezamos a desesperar. ¿Será que Dios si escucha nuestras oraciones? — ¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches? — reclama el profeta Habacuc. No se ustedes, pero a veces siento que mi fe también flaquea.
Pero la fe no es algo estable y estático, como los dogmas de la iglesia en los cuales creer. Jesús nos anima a comprenderla como algo dinámico, como algo vivo: ¡un granito de mostaza! Gran desafió tenemos para percibir el crecimiento de nuestra fe. Preparemos la tierra de nuestra vida y con el agua fresca de la palabra de Dios dejemos que el granito germine.
Las lecturas para este domingo 6 de octubre de 2013:
- Habacuc 1:1–4; 2:1–4,
- Salmo 37:1–9,
- 2 Timoteo 1:1–14,
- San Lucas 17:5–10