Vigilia por la paz

Vigilia

He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto,
y he oído su clamor a causa de sus opresores,
pues he conocido sus angustias.
Éxodo 3:7

En el marco de la Semana por la paz, el pasado 12 de septiembre, en diferentes ciudades del país se realizaron Vigilias por la Paz promovidas por la Mesa Ecuménica por la Paz, de la cual la iglesia Luterana en Colombia hace parte activa. Mientras en Bogotá se convocó la vigilia en la Plaza de Bolivar (ver la noticia en la página de la Iglesia Luterana aquí), en Medellín estuvimos reunidos en la Casa de la Memoria, en el parque Bicentenario, un nuevo espacio en la ciudad que busca rescatar la memoria de las víctimas de la violencia.

A pesar de la fuerte lluvia que cayó al final de la tarde, nos reunimos un grupo de alrededor 50 personas, provenientes de diferentes comunidades cristianas: cruzada, menonita, interaméricana y luterana. Durante cerca de tres horas, con  cantos, oraciones proclamas e iluminados por la palabra de Dios, asumimos el compromiso de velar por la paz con justicia social en  nuestro país (Puedes leer la reflexión completa aquí).

Reconocemos que el sileciamiento de los fusiles y el fin del conflicto armado es un paso importante, pero como cristianos y cristianas sabemos que la paz es mucho más que eso. Es necesario trabajar juntas y juntos por la Vida Abundante de la que nos hablo Jesús, una vida digna para todas y para todos.  Por eso nos comprometemos a trabajar vigilantes, para e¡que el clamor del pueblo sufriente de Dios sea escuchado.

Terminando la jornada escuchamos testimonios de resistencia y construcción de paz, desde los movimientos sociales y de iglesias.  Fue, sin duda, una noche de bendición y fortalecimiento en la fe.

Encuentro ministerial para paz digna y justa

La semana pasada estuvo reunido en la Ciudad de Bogotá el cuerpo ministerial de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia, aquí compartimos la nota del encuentro publicada en la página oficial de nuestra iglesia.

encuentro pastoresFueron tres días de intenso trabajo. También de gran avance para la interacción del cuerpo pastoral con el ministerio de diaconía. Igualmente para caminar por el sendero que permita intensificar la misión profética que compete a la Iglesia en todo tiempo y en todo lugar. Para frentear el poder del mal que se traduce en discriminación, marginalización y exclusión.   Encuentro de maneras que dan a conocer el amor de Dios. Primero se compartieron elementos que empoderan para apropiarse de los medios que tiene la IELCO como son la página web y la emisora On Line (www.punto4radio.com). Luego el pastor Ángel Furlan participó la experiencia de la Federación Luterana Mundial sobre Deuda ilegítima y Justicia ecológica.

Al final se abordaron temas del orden pastoral y se desembocó en ¿cómo hacer prácticos los saberes analizados? Conformando grupos de investigación que combinen teoría y praxis con teología bíblica y doctrina. Desde el contexto actual e histórico. Obvio que desde la enseñanza de Jesús de Nazareth el Cristo resucitado que es camino, verdad y vida.

Esto ocurrió entre el 28 y el 30 de Agosto pasados en Bogotá, durante el encuentro escenificado en la congregación El Redentor de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia. Experiencia que se unifica con lo acontecido con los estudiantes de la Escuela Luterana de Teología –ELT- el 24 de Agosto. Y con el Ministerio de Diaconía el 31 de Agosto.

Son los vientos de cambio que se han venido percibiendo. No de manera atropellada sino de forma sosegada, que han marchado lentamente pero de manera segura. Que van preparando a la IELCO para acompañar al pueblo colombiano en un eventual escenario de post conflicto o, incluso, en un hipotético fracaso en los acercamientos de cese de hostilidades.

La tarea es –a todas luces- compleja, han dicho algunos y algunas. La atmósfera no está clara. Hay nubarrones en el cielo que pretende brillar. Los intereses politiqueros de quienes se lucran –no puede ser otra la razón- con la guerra pretenden que la espiral de la violencia no permita discernir que otro mundo es posible. Donde la paz no sea un sueño sino realidad.

Y en este esfuerzo, confluirán tanto los pastores y pastoras con los miembros de diaconía, los futuros teólogos de la ELT y los feligreses común y corriente. Todos como uno. Como parte del cuerpo de Cristo. Constructores de la paz que no da el mundo, sino que proviene de Dios. La Paz del perdón y la reconciliación. De la justicia y dignidad.