Clamamos por la Paz

Carta fraterna

Por Comunidades de La Blanquita-Murrí
La Blanquita-Murrí, agosto 25 de 2019

COMUNICADO PÚBLICO

IBÎADE DÛANAITÂ JÔMA CLAMAMOS POR LA VIDA, CLAMAMOS POR LA PAZ

Nuestro corregimiento La Blanquita – Murrí se encuentra ubicado en el occidente del departamento de Antioquia, en el municipio de Frontino, del cual ocupa el 70%. Este territorio lo habitamos 30 comunidades indígenas agrupadas en siete Resguardos del pueblo Embera Eyábida (de acuerdo con la organización propia, de la que hacen parte comunidades que se ubican administrativamente en el municipio de Dabeiba); siete comunidades afrodescendientes que se integran en un territorio colectivo (entre Frontino y Urrao) y siete comunidades campesinas. Sumamos en total más de 8.500 personas en un territorio pluriétnico y profundamente biodiverso, que está recorrido por ríos y quebradas que dan vida a una gran variedad de especies animales y vegetales. Así mismo nuestro subsuelo contiene diferentes minerales codiciados para su explotación, como oro, platino y cobre. Somos víctimas históricas del conflicto social y armado que ha sufrido el país, desde los años de la violencia. Uno de los hechos más significativos fue el desplazamiento masivo de toda nuestra comunidad en mayo de 1996; tras un retorno progresivo, solamente una parte de las familias murriseñas pudimos regresar. Desde esa fecha hasta el año 2008 se presentaron hechos que no queremos que se vuelvan a producir en nuestro territorio. Durante este periodo fuimos señalados y estigmatizados por parte de muchos sectores de la sociedad, lo que fortaleció estos ciclos de violencia. El proceso de paz entre el gobierno nacional y la entonces guerrilla de las FARC-EP dio inicio a una etapa de tranquilidad y desarrollo, que concretó los anhelos de paz de nuestras comunidades. Desde hace casi dos años acogimos a un grupo de aproximadamente 80 exguerrilleros (incluidos los que se ubican en Murrí y en Mandé, que hacen parte del Consejo comunitario por la Identidad Cultural de Mandé, con quienes nos articulamos organizativamente), la mayoría de ellos originarios de este territorio. Este proceso es un ejemplo de reincorporación y reconciliación, pues es quizás el único lugar en el país en el que comunidades y población en proceso de reincorporación convivimos y trabajamos conjuntamente. En el marco de este proceso de reconciliación y reincorporación de exguerrilleros, en noviembre de 2018, tras la celebración de un encuentro comunitario, conformamos la Mesa Interétnica por la Paz de Blanquita-Murrí, compuesta por líderes y lideresas de las distintas comunidades del territorio. A lo largo de este año comenzamos a trabajar en la elaboración de un Plan de Vida Comunitario, que nos permita construir propuestas de vida en dignidad y paz para nuestro territorio interétnico. En medio de este proceso de construcción de paz, el 8 de agosto nos vimos afectados por un hecho dramático que conllevó a la muerte de tres personas, dos de las cuales hacían parte de nuestra comunidad (uno de ellos un menor de 16 años de edad de nuestro pueblo Embera Eyábida). Se reviven sentimientos de tristeza y temor de volver a quedar en medio de un conflicto armado que continúa; tememos por la vida y por nuestra permanencia en el territorio. Tras este suceso, nuestro corregimiento apareció una vez más en las noticias por ser centro de violencia y, una vez más, los distintos sectores de la sociedad volvieron a criminalizarnos y estigmatizarnos; entre ellos, escuchamos con tristeza y preocupación las palabras del gobernador de Antioquia, Luis Pérez, en el marco de un Consejo de seguridad celebrado en Medellín el pasado 13 de agosto. Las comunidades murriseñas, al contrario de lo que afirman, tenemos un fuerte compromiso con la paz, como lo han podido constatar las distintas entidades que nos han acompañado durante estos últimos años, entre ellas la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, la Agencia para la Reincorporación y Normalización – ARN, Cruz Roja Colombiana, sectores de Iglesias (Proyecto De la Guerr a la Paz, Iglesia Evangélica Luterana de Colombia –IELCO, Hermanas Misioneras de la Madre Laura, parroquia de La Blanquita-Murrí, Iglesia Pentecostal Unida de Colombia). Sin embargo, muchas de las transformaciones que esperábamos con la paz, que debían ser implementadas por el Estado, no han llegado, y el territorio sigue en medio de un abandono histórico; como ejemplo, la vía de poco más de 60 kilómetros que nos conecta con el casco urbano del municipio sigue siendo una trocha, que requiere más de cuatro horas para ser recorrida (o seis en transporte colectivo) y carecemos de vías que conecten el casco corregimental con las demás comunidades. Realizamos un llamado al gobierno nacional y a los entes territoriales para que: 1. Dejen de estigmatizar a nuestras comunidades de La Blanquita – Murrí. 2. Se comprometan realmente con la construcción de paz en nuestro territorio y, consecuentemente, implementen el Acuerdo Final de Paz; 3. Respeten y reconozcan a las comunidades que seguimos luchando día a día desde la unidad y la palabra por construir paz. 4. Generen garantías reales para la vida digna de nuestras comunidades. Invitamos particularmente al Gobernador de Antioquia, Luis Pérez, así como a todas las demás instituciones del Estado, a que nos visiten y conozcan nuestra realidad para que no reproduzcan imágenes erróneas de La Blanquita – Murrí. Conocernos les permitirá acercarse a las problemáticas reales que aquí se dan, pero también a las propuestas que estamos construyendo. La paz se construye en los territorios y con sus comunidades. Mesa Interétnica por la Paz de La Blanquita – Murrí. Firman,
  • Juntas de Acción Comunal de las comunidades: Blanquita-Murrí, Cuevas- Peñitas, Cañaverales, Julio Grande Chontaduro Alto de Murrí Pantanos.
  • Consejo Comunitario por la Identidad Cultural de Mandé (comunidades de Alto Murrí, Barrancón, Vásquez, Murrí Medio, Curvatá, Pacurichicí y Brazo Seco)
  • Resguardo Chaquenodá: Comunidades: Comunidad Peñitas Chontaduro Alto Chontaduro Bajo San Mateo Bajo Quiparadó – Bajo Quiparadó Cerrazón Quiparadó Alto, Sangrijuela Cuevas Socorrito San Miguel, Pegadó Julio Grande Julio Chiquito Aguas Claras.
  • Resguardo Murrí – Pantanos: Comunidades: Gordito Navatá Curvatá Adán Ataucí Antadocito Pradera Lano
  • Resguardo Amparradó: Comunidades: Amparradó Alto Amparradó Medio Amparradó Bajo
  • Resguardo Nusidó: Comunidades: Llano Rio Verde Loma de Indios Nusidó
  • Resguardo Cañaveral: Comunidades: Antadó Arenera, Antadó Guabina, Cañaveral.
  • Resguardo Genaturadó
  • Resguardo Chuscal

#26deJulioElGrito

El pasado viernes 26 de Julio tuvo lugar en diferentes ciudades de Colombia y el mundo la Marcha Nacional por la defensa de la Vida de las líderes y los líderes sociales. La Iglesia Luterana Emaus estuvo presente en Dabeiba con el proyecto de De la Guerra a la Paz y en Medellín desde su espacio Café Lutero de la Casa de Paz Emaús. Compartimos una galería con algunos momentos de esta memorable jornada desde Medellín donde con el país entero se dijo No Más a la muerte impune y la persecución de las comunidades vulnerables y de sus voceros.

Fotografías por Paula Herńandez

Fotovoz: miradas del proceso de reincorporación

Por: Paula Hernández

La exposición fotográfica Fotovoz, que hace parte de Proyecto De la Guerra a la Paz de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia, podrá ser visitada en el espacio del Café Lutero en Medellín (Calle 42 # 80B – 37) del 28 al 30 de junio. La exhibición permite acercarnos a los obstáculos, esperanzas y sueños que han vivido los reinsertados de las FARC en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Llano Grande – Dabeiba, durante el proceso de implementación del acuerdo de Paz.

Desde febrero, con la facilitación de Susana Franco, se realizó un curso de fotografía, con seis miembros del colectivo FARC, con el fin de que a través de esta herramienta puedan identificar los factores que afectan la vida comunitaria y movilizarse para ser agentes de cambio. Como resultado de este espacio, cuatro de los integrantes realizaron una exposición fotográfica donde expresan las dificultades con las que se han encontrado durante la implementación del proceso de paz, las esperanzas y sueños que tienen, así como los desafíos que enfrentan para que las personas se dispongan a tener otras perspectivas acerca del proceso.

Inicialmente la exposición estuvo expuesta el 10 de mayo el municipio de Dabeiba, en donde fue vista por niñas y niños del colegio de la Madre Laura, docentes, miembros de la Policía, miembros de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), Segunda Misión de Observación de las Naciones Unidas, la Gerencia de paz de la Gobernación y la comunidad en general. Los visitantes también pudieron asistir la proyección del documental “Dabeiba: La Resistencia Sigue porque la Guerra No Para” que a través de testimonios personales busca recuperar la memoria de los últimos 20 años de algunas veredas de Dabeiba y reivindicar el derecho de ser campesinos independientes, habitando su tierra sin ser estigmatizados, ni vinculados a dinámicas de la guerra. El 31 de mayo la exposición llegó a Medellín en la Casa Cultural La Chispa. En la inauguración hubo música en vivo, además de proyección del documental y un conversatorio entre los artistas y los asistentes.

De la Guerra a la Paz es un proyecto que desde el 2018 ha venido trabajando con las comunidades vinculadas con ETCR y nuevas áreas de reincorporación en Frontino, Dabeiba y Mutatá, buscando que puedan fortalecer sus mecanismos de autoprotección, brindarles habilidades y herramientas psicosociales, a través de los cuales puedan exigir la implementación de los acuerdos de paz.

Comunidades conforman Mesa Interétnica por la paz en el Corregimiento Blanquita – Murrí, Frontino (Antioquia)

“Aún falta mucho para construir la paz, por eso nos juntamos y nos seguiremos juntando, todos por este sueño”

Por: Edwin Mosquera

El pasado 25 de noviembre en el corregimiento Blanquita – Murrí, jurisdicción del municipio de Frontino, Antioquia, más de 100 líderes y lideresas de comunidades indígenas, afrodescendientes y Juntas de Acción Comunal se reunieron con el objetivo de dialogar en torno a la  implementación de las herramientas contenidas en el acuerdo firmado entre el Gobierno y FARC – EP, así mismo sobre su papel como constructoras y constructores de paz.

Las comunidades de Blanquita – Murrí recibieron hace más de un año a un colectivo de exguerrilleras/os de las FARC, con quienes vienen construyendo propuestas orientadas al fortalecimiento organizativo.

Éste encuentro comunitario se desarrolló en el marco del proyecto de “De la Guerra a la Paz” de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia – IELCO – y contó también con el acompañamiento de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia; la Agencia para la Reincorporación y Normalización – ARN; el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común – FARC y las Hermanas Misioneras de la Madre Laura.

Como resultado del encuentro, las comunidades conformaron una Mesa Interétnica de Paz que marcará agenda periódica con el fin de fortalecer sus bases organizativas, en este sentido profundizar en la pedagogía del acuerdo y en las medidas de la implementación del mismo. La Mesa también será el mecanismo a través del cual se establezcan puentes con las instituciones del Estado, organizaciones de la sociedad civil colombiana y comunidad internacional, para el efectivo cumplimiento de derechos y vida digna en los territorios.

Compartimos la DECLARACIÓN FINAL ENCUENTRO INTERÉTNICO DE LÍDERES Y LIDERESAS POR LA PAZ, *Corregimiento La Blanquita – Murrí, municipio de Frontino. 25 de noviembre de 2018*

Las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas del corregimiento La Blanquita – Murrí, jurisdicción del municipio de Frontino (Antioquia) nos reunimos este 25 de noviembre para dialogar en torno al Acuerdo Final de Paz y el estado de la implementación, así como también profundizar en reflexiones sobre nuestro papel en la construcción de paz, aún más teniendo en cuenta que desde hace un año conviven con nosotras/os un grupo de exguerrilleros/as de las FARC, que están en proceso de reincorporación.

En el segundo aniversario de la firma del Acuerdo Final de Paz, alrededor de 120 líderes y lideresas de las comunidades que habitamos este alejado,  pero hermoso y biodiverso territorio, coincidimos en la necesidad de conocer en profundidad el acuerdo de paz que se firmo entre el
Gobierno colombiano y las FARC-EP y el estado de su implementación, pues allí se encuentran las herramientas orientadas a mejorar las condiciones de vida de la sociedad colombiana y a construir una paz estable y duradera.

Nuestro encuentro contó con el acompañamiento de la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), las Hermanas Misioneras de la Madre Laura y la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia (IELCO) a través del proyecto “De la guerra a la Paz”.

Nosotros/as, quienes vivimos muy de cerca el conflicto, reclamamos la necesidad de avanzar en la eliminación de las causas que dieron origen al mismo, y que lamentablemente aún persisten hoy en nuestro territorio, como la desigualdad social, la ausencia de inclusión y respeto por la diversidad étnica, el abandono del Estado, la falta de acceso a la tierra y a una vida digna. El Acuerdo Final de Paz sin duda alguna ofrece propuestas para resolver precisamente éstas problemáticas, por lo que consideramos necesario que el Estado asuma con determinación y celeridad la implementación de las propuestas que contiene el Acuerdo garantizando nuestra participación directa en ese proceso.

En el encuentro resaltamos algunas de las problema ticas que en el territorio requieren acciones urgentes, entre las que resaltamos:

  • A la fecha existe un problema profundo de acceso a tierras para la población campesina, pues la mayor parte de la tierra que no pertenece a resguardos indígenas esta concentrada en muy pocas
    manos.
  • Nos preocupa la falta de inclusión de varias de nuestras familias al Programa de Sustitución Voluntaria de Cultivos de Uso Ilícito.
  • Requerimos con urgencia la intervención en infraestructuras vial, especialmente en la vía de acceso a La Blanquita-Murrí que se encuentra en pésimas condiciones y empeora aún más en las
    temporadas de invierno.
  • Nos preocupan las amenazas de explotación minera que hay sobre el territorio y que afectan a todas las comunidades, especialmente las indígenas.
  • Las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas de Blanquita – Murrí hemos construido una convivencia muy valiosa y queremos seguir fortaleciendo colectivamente nuestros liderazgos para la participación política conjunta en beneficio de todos/as.
  • Es necesario que el Estado brinde plenas garantías de protección tanto a exguerrilleras/os de las FARC como a los lí deres y lideresas sociales. En la actualidad existen amenazas a líderes de las
    comunidades indígenas y sus líderes en nuestro territorio.
  • Los/as exguerrilleros/as de FARC que hacen parte actualmente de nuestras comunidades mostraron una gran voluntad de paz, partiendo de dejar atrás las armas por las ideas y convivir de
    nuevo con nosotros/as, aportando en el fortalecimiento de la comunidad y trabajando para garantizar un proceso de reincorporación que involucre también a las comunidades.
  • El conflicto armado dejo profundas y complejas afectaciones en nuestras comunidades; las víctimas de los distintos grupos armados legales e ilegales requerimos un reconocimiento y el acceso a los derechos de verdad, justicia, reparación y no repetición que ofrece el Sistema Integral de verdad Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición (SIVJRNR) creado por el Acuerdo, el cual requiere un enfoque integral y diferencial, pues las afectaciones sobre las comunidades étnicas y las mujeres fueron especialmente complejas.
  • Reafirmamos nuestro territorio como un territorio de paz. No queremos ser más estigmatizados, desde hace 20 años hemos sido señalados de ser guerrilleros o de ser sus colaboradores, somos
    constructores/as de paz.
  • Hacemos un llamado al Gobierno nacional para que persista en las conversaciones de paz con el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) y puedan llegar a un acuerdo que permita completar el anhelo social de poner fin al conflicto armado interno en el país.

Finalmente, como resultado del encuentro, las comunidades conformamos La Mesa Interétnica de Paz de Blanquita – Murrí, con el fin de fortalecernos en nuestro papel de la construcción de una paz estable y duradera desde y en nuestro territorio. Así mismo, queremos facilitar, en alianza con las entidades del Estado, organizaciones de la sociedad civil colombiana y comunidad internacional, el efectivo cumplimiento de nuestros derechos ciudadanos y la mejora de las condiciones de vida en el territorio.

Apoyando a las iglesias como protectoras de infancia y la adolescencia

El pasado 9 de junio de 2018 iniciamos una labor conjunta con la organización World Vision para que las iglesias se conviertan en esos espacios protectores para los niños, niñas y adolescentes, a través de diversas actividades que se enmarcan en la construcción de políticas que permitan cumplir este objetivo.

Lucas 2:52 (LBLA) «Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y con los hombres».

Invitamos a que conozcan un poco más sobre la Teología para la Infancia, las políticas que enmarcan nuestra sociedad y el trabajo realizado por varias organizaciones para apoyar esta construcción entre todos.

Por tu niño interior y por todos los que nos rodean, ¡Participa!.

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Teología de la Infancia

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Invitación

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Diplomado 2017 :: Comisiones de la Verdad

Comenzando la última etapa del diplomado el profesor Alfonso Insuasty, nos acerco al papel de las Comisiones de la Verdad en los procesos de reconciliación y fin de conflictos armados.

La voluntaria finlandesa Vera Korpisalo, quien estará hasta diciembre apoyando la casa de Paz, preparó esta síntesis de la sesión:

Colombia necesita avanzar con una comisión de la verdad, es lo que se destaca de la presentación de  Alfonso Insuasty Rodríguez, en la situación de la pos – conflicto en Colombia. Insuasty Rodríguez se enfoca especialmente en el Mecanismo para la protección de los derechos y cómo la comisión de la verdad puede fortalecer y promover la paz en Colombia. La importancia de la comisión de la verdad es fácil de entender con los países que han superado la guerra en décadas pasadas. Comisiones de la verdad han surgido en varias partes del mundo como una forma de resolver problemas derivados de períodos de autogobierno y violaciones de los derechos humanos (A. Insuasty Rodríguez).

Las comisiones de la verdad pueden fortalecer la paz fortaleciendo la realización de los derechos humanos e identificando el estatus de las víctimas de la guerra. Para la recuperación de cualquier cosa y la recuperación del Estado después de la guerra, es importante ser un comité imparcial cuya tarea principal es fortalecer la verdad y defender los derechos humanos. Sólo un reconocimiento de los hechos puede comenzar a recuperarse de los horrores de la guerra. En particular, las personas que han perdido a muchos necesitan su identificación del estatus de la guerra como víctimas de la guerra, para recuperarse mentalmente de una lesión. El fortalecimiento de la paz también ayuda a la nación a converger de nuevo como un pueblo común, lo que a su vez crea confianza y comunión, y la confianza en el futuro mejor.

El propósito de las comisiones de la verdad debe ser entender los orígenes del conflicto pasado y los factores que permitieron abusos, y hacerlo para tener un impacto positivo en las víctimas y observar la situación con muchas perspectivas, escribe Priscilla B. Hayner, 2006 (No. 862 Revista Internacional de la Cruz Roja). De esta manera también podríamos evitar futuros conflictos sobre estos temas, prevenir la guerra y aprender de los errores. Al igual que Insuasty Rondriguez, 2017, dijo, tenemos que avanzar, pero sobre todo, necesitamos sociedades que construyan la paz.

Fuentes de información:

A. Insuasty Rodriguez, 2017, ”Contexto: Pos – Guerra, Mecanismo de protección de los derechos.”

P. B. Hayner, 2006, ”Comisiones de la verdad: resumen esquemático”, Junio de 2006, N.º 862 de la versión original, International review of the red cross.

Diplomado 2017 :: Taller "Del Conflicto a la comunión"

INTRODUCCIÓN

WhatsApp Image 2017-09-15 at 2.56.17 PMEn el marco del diplomado Conflicto, Justicia y Reconciliación ofrecido por la Escuela Luterana de Teología de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia IELCO se llevó a cabo el taller “Del Conflicto a la Comunión” como parte del proceso que se viene realizando desde el mes de abril en clave de la historia del conflicto en Colombia desde su desarrollo, los acuerdos de paz, y en especial, el proceso de paz que se ha estado elaborando desde el año 2013, se firmó finalizando el año 2016, y se encuentra en proceso de implementación desde entonces.

La iglesia, comprometida con su difusión y acompañamiento como parte de la sociedad civil colombiana, se propuso desde una de sus localidades ubicada en la ciudad de Medellín a realizar jornadas de 8 horas cada 15 días para ofrecer en primer lugar, una metodología pedagógica a través de tres módulos donde se permitiera la comprensión de los temas transversales en el conflicto y en segundo lugar, presentar iniciativas que permitan su participación activa y sentida en los acuerdos de paz.

En consecuencia, el taller presentó un desafiante reto para los participantes del taller, donde se les confrontó a través de la pregunta de enfoque: ¿Qué acciones permitirían avanzar o fortalecer el rol que se puede jugar como ciudadanos y creyentes en la actual fase del conflicto en Colombia?
DESARROLLO DEL TALLER
Iniciación
Bajo la orientación del facilitador Andrés Alba, el taller presentó una estructura interesante al darse inicio con un acuerdo grupal denominado por él cómo “espacio seguro de aprendizaje” donde los integrantes del taller ofrecieron sus compromisos para que la agenda del día pudiera realizarse con éxito. Éste fue pues, el primer ejercicio básico para entender un acuerdo cotidiano grupal, una suerte de preparación para confrontar las tensiones de las perspectivas de cada uno deviniendo en una construcción coherente de un manifiesto por la convivencia armónica durante el tiempo de intercambio de saberes.
A su vez, el desarrollo del taller estuvo transversalizado por un elemento particular, que se hizo visible desde la pregunta de enfoque: el juego. Recuerda de entrada a los textos bíblicos “Pero Jesús dijo: dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis porque de los tales es el reino de los cielos (Mateo 19-14)” y “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él (Lucas 18:17). El juego como estrategia de trabajo en grupo permitió recordar los acuerdos y las decisiones entre niños, los olvidos de las peleas que se generaron en ese espacio, y las alegrías que se compartían entre los cuerpos infantiles. Uno de los juegos que más se recordó durante la actividad, fue la del recorrido del espacio mirándose a los ojos: ¿Es posible mirar a los ojos fijamente a un compañero o a un rival? ¿Qué tan tentador es mirar hacia otro lado, para no confrontar la mirada de quien se tiene al frente durante el camino? – ¡Qué difícil es mirar!- Decían los participantes.
Luego de esta experiencia de confrontación se pusieron sobre la mesa diversos aspectos del conflicto el cual no es lineal, y no puede presentarse en una única forma de abordaje ni una sola forma de ser solucionado. Aquí se presentó una serie de preguntas útiles para su apreciación y reflexión:

  • Existe un derecho natural y social a rebelarse frente a las injusticias, pero siempre será importante preguntarse ¿Qué acciones llevamos a cabo para contrarrestar la injusticia? ¿Cómo reconocemos el conflicto y su forma de transitar en la sociedad?
  • ¿Qué cosas positivas reconocemos en el rival, que pueden ser clave para un proceso de paz sano?
  • ¿Cuál es la capacidad de reconocimiento, de perdón, y de reconciliación por parte de la población que no está directamente implicado en el conflicto?
  • ¿Cómo establecer puntos de equilibrio en la tensión ganador vs perdedor?
  • Existe mucho desconocimiento en la historia del conflicto. ¿qué herramientas se nos están ofreciendo para ver el conflicto de manera crítica y objetiva?
  • Desde el amor como herramienta de reconciliación: ¿Cómo vemos el Otro? ¡El amor transforma al Otro!

Ideas desarrolladas en grupo a partir de las preguntas iniciales
Frente al conflicto

  • Existen diferentes percepciones de conflicto, paz y justicia, ésta última con sus respectivos mecanismos de mediación
      • Todos los actores del conflicto hemos sido víctimas y victimarios
      • El sector rural y urbano es muy diferente, por esa razón la percepción del conflicto es tan alejada
      • No es bueno limitarse a ver únicamente los medios de información tradicionales, si no confrontar varias fuentes.

Frente a los derechos

    • Se precisan unas condiciones mínimas para vivir, para dar cumplimiento al derecho a la vida digna
    • Tenemos derecho a la rebelión
    • Los derechos humanos han evolucionado
    • Percibimos que no ha existido un sistema educativo y social incluyente, en especial con las personas que están en el proceso de transición de escenario de conflicto al escenario civil.

Frente al concepto de paz

  • El fin de la paz no es la ausencia del conflicto, es la búsqueda de la justicia restaurativa, distributiva y misericordiosa de manera infinita (esto último recordando a la teóloga Elsa Tamez, en su intervención en el marco del panel “Los Seres Humanos no están a la venta”
  • El conflicto está mal cuando no conlleva a una transformación
  • En la resolución del conflicto siempre prevalece la relación no siempre se gana/no siempre se pierde
  • Reconocer al otro nos invita a reconocer y valorar su cuerpo independientemente de su condición (Recordando a Manuel Villalobos en su intervención en el marco del panel “Los Seres Humanos no están a la venta)

Frente al concepto de reconciliación

  • La reconciliación tiene que ver con el amor como herramienta de transformación
  • Es importante trabajar la confianza, la reconciliación y la paz desde 2 de Corintios 5:16-20 “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” En este sentido, promover la reconciliación es nuestra tarea como creyentes
  • Percibimos que en gran parte de Colombia no sabemos perdonar

Análisis de tres casos
Existen al menos tres casos importantes de transiciones de conflicto al acuerdo de paz que se estudiaron en el taller y que las iglesias Luteranas tuvieron su participación y su iniciativa para acompañar estos procesos: Estados Unidos, Rwanda y Namibia fueron los países escogidos para el análisis. Las preguntas orientadoras para este análisis fueron:

  • ¿Cuál fue el asunto/problema del conflicto? ( Intereses y necesidades de cada uno, diferencias y valores esenciales que los separan y las diferencias de cada uno en cuanto a procedimiento a seguir)
  • ¿Qué hizo posible el tránsito del conflicto a la comunión? (Diálogo cómo disciplina, delineamiento del problema a resolver, conversaciones directas y claras)
  • ¿Cuál fue el rol de ciudadanos, creyentes y organizaciones? (Cómo comprendían el problema)

Estados Unidos
Desde los Estados Unidos, la problemática central consistió en la inmigración, en un clima altamente xenófobo. Iglesias y otros grupos religiosos, organizaron por lo menos tres estrategias que respondían a la propuesta de protección a los inmigrantes. En primer lugar pusieron a su disposición las estructuras físicas para el refugio. En segundo lugar, crearon una línea telefónica de emergencia para ayudar a indocumentados, y por último un sistema de voluntariados apoyan a indocumentados en el momento crítico de las audiencias por medio de la oración y consuelo a las familias.
Rwanda
En Rwanda, la iglesia Luterana se fundó en el corazón de un campamento de refugiados. Las estrategias en este país fueron básicamente dos: crear una cultura de inclusión para los grupos étnicos a través de metodologías que permitieran el liderazgo en las comunidades para el mejoramiento de sus necesidades básicas a través de la organización comunitaria en medio de la difícil de dos tribus étnicas en conflicto por un agente externo. La segunda estrategia consistió en modificar la estructura legal, permitiendo la yuxtaposición del sistema legal tradicional y el sistema legal de las tribus, dando así posibilidades de realizar un juicio equitativo para victimarios y víctimas.
Namibia
El papel de la iglesia tuvo un rol de carácter vital en este conflicto. La estrategia de buscar diversas maneras de reunir la gente para que establecieran contactos y tomaran decisiones democráticas potenció la fuerza comunitaria en la transición del conflicto. Otro papel impotante de la iglesia fue el de generar confianza ante el Estado, como para desempeñar un papel importante en la repatriación de refugiados. En este sentido, implementaron programas que permitieron el mejoramiento integral de los refugiados en términos de repatriación, reasentamiento y reconstrucción.
Conclusión
Las acciones pequeñas y contundentes nacen en la imaginación y se hacen carne. La música, la poesía de la esperanza, vienen acompañadas de una actitud flexible, una visión periférica y un aprendizaje creativo. El panorama en el país es complejo, puesto que si bien se ha avanzado en la implementación del acuerdo, el tránsito del conflicto genera otros conflictos a los cuales hay que mirar con lupa sin perder el horizonte y la presencia del momento histórico que estamos protagonizando. Por esta razón, cada apuesta, cada paso hacia la paz genera un valor de suma importancia al tránsito del conflicto a la paz, y a la mitigación de conflictos alternos que emergen. Cada creyente, tiene la tarea de sumarse a las iniciativas que con esfuerzo reivindican el sueño de la paz en los territorios, despojándose progresivamente de hermenéuticas apocalípticas que vulneran la esperanza y las posibilidades de que una comunidad transite su cotidiano conflicto de la mejor manera.
Para la reflexión, acudo a dos textos claves: *Para una reconciliación efectiva: Efesios 4:26 en la versión RVC: «Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga» ¿Qué acciones estamos proponiendo para la reconciliación?
*Para un ejemplo de una negociación proyectado al perdón: Isaias 1:18 en la versión NVI: «Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!» ¿Qué acciones estamos promoviendo para el perdón?
Relatoría realizada por: Andrea Ferraro Reyes

Diplomado 2017: Paz

Completando la cuarta sesión de nuestro programa estuvimos acompañados por el historiador y teólogo Amilcar Ulloa. En esta ocasión nos comparte sus apreciaciones sobre la sesión el participante Enrique Ruiz.
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Una visión amplia del concepto de paz

Durante la sesión se pudieron abarcar temas como paz y justicia dentro de algunos textos bíblicos y lecturas de pueblos latinoamericanos, entre ellos la lectura de Andres Nuningo que nos invita a abordar la pregunta, ¿Es esta la Buena Vida del Desarrollo?  Dicho texto habla de la historia de Andrés, de un pueblo en Perú y los millonarios de Bogotá.  Esta introducción nos permite tener un acercamiento al concepto de paz desde lo individual y así mismo ver la necesidad de un mundo globalizado que conlleva al desplazamiento del campo a la ciudad y como se valora el tema de tranquilidad económica y social sumadas al dejamiento de la vocación de la agricultura y la adaptación a los trabajos urbanos y no rurales, impuestos por el neoliberalismo opresor.

La paz tiene que ver con vidas y entornos concretos. Durante el desarrollo del taller existieron opiniones y debates de lo que implica ser y tener paz en lo personal, en lo comunitario y en la historia de la teología hebrea y cristiana.

Se hizo análisis de dos textos teológicos uno del Nuevo Testamento y otro del Antiguo Testamento, para comprender la historia y contexto del significado etimológico y cultural de la paz, así como la visión de dos pueblos indígenas latinoamericanos, los Aymara y los Guaraní de Perú y Paraguay respectivamente.

La paz va más allá de ser o estar del individuo hasta un nivel de relación con todos y cada una de las cosas que nos rodean. Este momento de experiencia de conocimientos y aprendizajes nos invitó  a conocer la cosmovisión cristiana y cómo esta ha influenciado los sistemas de sociedad con los cuales interactuamos cotidianamente, dejando abierto el pensamiento y la acción entorno a conceptos de justicia y reconciliación mediados en la actual situación política de nuestro país, como dentro de los entornos en los que como sociedad colombiana convivimos.

Primer encuentro ecuménico de mujeres

IMG-20170513-WA0007La conmemoración de los 500 años de la reforma debe darnos lugar para (re)pensar las estructuras y roles dentro de la iglesia. Pensando en esto las mujeres de la Misión Luterana Emaús convocamos amigas de diferentes iglesias  para preguntarse acerca del papel de las mujeres en sus comunidades. Las respuesta fue hermosa, mujeres pentecostales, católicas, menonitas, de iglesias libres y luteranas nos reunimos para compartir, desde nuestras propias experiencias de vida.

La relación de las estructuras de las iglesias con la vida de las mujeres ha sido compleja y diversa. En los testimonios de vida compartidos, se refleja esa complejidad, de la marginación y exclusión al reconocimiento, participación y liderazgo. Por eso ese espacio no se agota en si mismo sino que promete ser oportunidad para seguirnos pensando la iglesia juntas.

Agradecemos la participación de todas: las mujeres de la parroquia católica Jesús Nazareno, de la Casa Bíblica Laureles y de la Misión Luterana Emaús , quienes vinieron en representación formal de sus ministerios; a quienes vinieron por iniciativa propia enriqueciendo el evento con diferentes perspectivas: pentecostal unitaria, menonita, cuadrangular. También agradecemos a Belky Hernández quien vino especialmente desde Bucaramanga representando  a la Organización Nacional de Mujeres Luteranas. Belky motivó un espacio devocional comunitario que ha sido recogido maravillosamente por Andrea Ferraro, y publicado en su blog personal. Hemos querido reproducirlo aquí  completamente, agradeciendo su trabajo.

“La mujer, terreno fértil para la fe”

por Andrea Ferraro

El primer capítulo del Evangelio según San Lucas en sus versos 5 al 38 (versión RVR 1960) nos expone dos acontecimientos que presentan características similares, pero que a su vez nos ofrecen la posibilidad de ser analizados en forma paralela: el anuncio del nacimiento de Juan (más tarde denominado como Juan el Bautista) y el anuncio del nacimiento de Jesús. Las historias allí contenidas nos relatan la noticia del futuro nacimiento de dos varones de diferentes familias, con un condicionante particular: ambas mujeres difícilmente podrían concebir o procrear, ya fuera por condiciones físicas o por condiciones de carácter sociocultural.

LECTURA NARRADA DEL PASAJE

El anuncio del nacimiento de Juan

Según el texto (versos 5 al 25), en la familia de Zacarías y Elisabet, el evento de la anunciación de ese nacimiento, tendría lugar en el santuario de Señor, donde Zacarías ofrecería incienso. La oración (de la que no sabemos motivos o detalles), fue respondida a través de la aparición de un ángel quién le confirmó a Zacarías que su oración fue escuchada por el Señor y en consecuencia, Elisabet, su esposa tendría un hijo.

La reacción de Zacarías se hizo visible en la escena cuando preguntó: “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada” (v. 18). El ángel reprochó la incredulidad de Zacarías y le dejó mudo. Luego de esto, Zacarías cumplió con el tiempo de su ejercicio de sacerdocio,  y regresó a su casa. La historia, finalizó con el cumplimiento de las palabras del ángel cuando Elisabet quedó en embarazo.

El anuncio del nacimiento de Jesús

En los versos del 26 al 28 del mismo capítulo, la anunciación del nacimiento de Jesús tuvo lugar en Nazaret, una ciudad de Galilea. Allí, María “una virgen desposada con un varón que se llamaba José” (v. 27) tuvo también la aparición de un ángel con quien sostuvo una conversación. En ella, la mujer se enteró de que traería un hijo al mundo que tendría un nombre predestinado y una misión que cumplir. Al exponer su inquietud a través de la pregunta: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (v. 34), el ángel le ofreció la solución diciéndole que el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo le cubriría con su sombra (Paráfrasis del verso 35) y de esta forma nacería su hijo.

NUESTRA MIRADA DEL MILAGRO

La lectura de este pasaje nos abrió toda suerte de posibilidades para repensar ambos acontecimientos a la luz de la teología feminista a partir de hermenéuticas que se construyen en tanto pensamos el contexto propio de la época, y el contexto del cual somos protagonistas. Aquí exponemos asuntos importantes de nuestra conversación:

En ambas anunciaciones notamos el temor de los receptores inmediatos de la noticia, pero con reacciones secundarias distintas. Nos inquietan los efectos producidos en la escena, a partir de los roles de cada uno, es decir, el rol de sacerdocio (concerniente a la autoridad) y el rol de mujer desposada (relacionado con  sometimiento).

En el caso del sacerdote, un hombre quién conocía de cerca las dinámicas del sacerdocio y teniendo presente que había presentado una oración previamente, la respuesta del ángel le produjo incredulidad. Sus razones, partían de las condiciones de su cuerpo y del de su esposa para concebir un hijo. En consecuencia, no pudo formular palabra hasta que el nacimiento ocurriera.

En contraste, María, una mujer desposada de un varón (esto es, comprometida pero no casada) la noticia tendría con probabilidad efectos negativos en su vida. Para ella, sería complejo estar en embarazo sin tener una condición social de relacionamiento que lo permitiera, pues podría poner en riesgo su vida.1

Sin olvidar que en ambos relatos existen otros personajes que acompañaron estos escenarios, nos quisimos centrar en las condiciones de gestación de Elisabet y María, donde encontramos precisamente el milagro.

Las actitudes de ambas mujeres estaban enmarcadas en situaciones de confrontación. En el contexto en el que se encontraban, ser un sujeto gestante no podía ser vivido a partir de una condición meramente individual. El proceso de gestación generaba revuelos sociales que convertían al sujeto en protagonista de toda suerte de juicios que contenían probabilidades y/o  afirmaciones. Por esta razón, nos permitimos entender que en ellas el Espíritu Santo ofreció un entendimiento que las empoderó. En Elisabet, si bien, ella estuvo escondida durante cinco meses, sus palabras inmediatas al concebir un hijo, manifestaron un nivel de empoderamiento a partir del pronunciamiento de palabras de alabanza en la obra del Señor a través de sus hechos, dando a entender que había llegado el fin de los insultos que constantemente causaban deshonor a la imagen familiar por el hecho de no haber engendrado un hijo varón a lo largo de su vida en pareja (Ver verso 25). Elisabet se haría visible en  su entorno de una manera distinta: había ganado la batalla del desprecio social.

Para María, el empoderamiento se generó a través de la actitud valiente con la que asumió la responsabilidad de ser madre joven teniendo en cuenta tres aspectos importantes: en primer lugar, su gestación se haría realidad gracias una intención divina, es decir, no estaba bajo su control esa decisión; en segundo lugar, la mujer no tenía seguridad del amparo que provendría de José en semejantes circunstancias, y por último, ella se enfrentaría a una muerte física y social en su entorno, al hacerse uso de la ley establecida en su tiempo en este caso. María confirma su actitud mediante las palabras: “(…) he aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (v. 38b).

 ANOTACIONES INQUIETAS

No podríamos terminar la devocional sin ofrecernos en la conversación un espacio para preguntarnos asuntos relevantes frente a las reflexiones presentadas.

Varias de estas preguntas se centraron en cuestionar el papel de la iglesia frente a su membresía femenina, en tanto ciertas particularidades en las formas de gestación generarían rechazo, prejuicio o exclusión. Estas particularidades incluyen entre tantas, el embarazo sin estar casadas, el embarazo por violación, y el embarazo por accidente (en específico, cuando el método de planificación no tuvo buen funcionamiento, y la mujer de edad avanzada queda en embarazo y presenta posibles riesgos físicos para ella y su bebé).

Otras de las cuestiones se generaron a partir de cómo se ha construido (y si realmente se ha hecho) el discurso teológico-bíblico frente a la necesidad de empoderamiento de estas mujeres en su etapa de gestación con las particularidades que presentamos anteriormente.

Finalmente, pensamos que es sumamente importante que esta reflexión llegue a ojos y oídos de quienes ejercen la función de liderazgo desde el pastorado (incluyendo a hombres y mujeres) y a los que ejercen la consejería, en tanto su búsqueda sea objetivar la construcción de mujeres empoderadas en un momento único y específico de sus vidas, como lo es la gestación.

1La versión Reina Valera habla de desposada y de “José su marido” en Mateo 1:18. Pero la versión Dios Habla Hoy habla de “comprometida” y de “José su novio.”  Dado que el verso 25 dice que José no la conoció hasta que hubo dado a luz, y antes de saber que estaba encinta María le dice al ángel que ella no conocía varón, deducimos que aún no convivían. Ocurre que el compromiso tenía el mismo peso legal que el matrimonio en aquella sociedad, al grado de que María podía ser condenada a muerte por infidelidad.

Gracias al profesor Julio Álvarez Rivera por su comentario al respecto.