En el barrio Belén nos encontramos para el segundo día de novena, dejando que el la paz de Dios acalle nuestros corazones.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipeses 4:7

La razón sólo entiende la paz que hace desaparecer el mal. Pero aquellos que encuentran su paz en Dios, se regocijan en Él y están contentos. En medio de la tribulación, se quedan firmes y esperan la fortaleza interna que trae la fe. No es su problema preocuparse si la tribulación será larga o corta, todo lo dejan al criterio de Dios, no se preocupan por medio de quién, cuándo o cómo vendrá la solución.Dios les concede la gracia y los libra del mal, dándoles bendición aun más allá de su comprensión.
Esta es la paz de la cruz, la paz de Dios, la paz de la conciencia, la paz cristiana que nos da calma eterna y nos hace sentir satisfechos con todos. La razón no puede entender cómo puede haber placeres en las cruces y paz en la tribulación. Pero tal paz es la obra de Dios, y nadie la puede entender a menos que la experimente. (M. Lutero)